Se sigue aplazando y suspendiendo sesiones en el senado para promulgar la Ley de Glaciares, la cual fue diseñada originalmente para proteger los glaciares en todos sus estados, periglaciar, permafrost y cuenca glaciar. Codelco rechaza su aprobación ya que de aprobarse, las mineras del país no podrían seguir trabajando como lo han hecho hasta ahora.
Legisladores de oposición han tratado de promover un proyecto de ley en Chile para proteger los glaciares y prohibir la actividad minera en áreas circundantes pese al rechazo rotundo del gobierno de Sebastian Piñera.
El Ministerio de Minería sugirió una modificación al proyecto de ley para que se prohibieran únicamente las intervenciones directas en glaciares y se permitiera la construcción y operación de proyectos mineros en sus cercanías, actividad que hoy se realiza a pesar de la grave situación que se está viviendo. Si la propuesta de ley se aprueba sin cambios, las minas de cobre El Teniente y Andina no podrían seguir operando y se perderían más de 30.000 empleos, según información del Ministerio de Minería. La presión del sector minero (a través de ejecutivos de empresas y sindicatos, y dirigentes gremiales del Consejo Minero) ha sido uno de los factores para que durante tres décadas no se haya aprobado aún una Ley de Protección de Glaciares. Este lobby ha tenido repercusión tanto en los gobiernos de Sebastián Piñera como de la ex Concertación y la Nueva Mayoría. Hace algunos días, Codelco oficio a la Comisión de Minería y Energía del Senado, en el que advertían que, de despacharse a Sala el proyecto tal cual está, las operaciones mineras podrían verse reducidas en un 40%, con las respectivas consecuencias económicas.
Estas alarmantes advertencias, que responsabilizan a la protección del ambiente periglaciar, permafrost y cuenca glaciar de los efectos negativos para el desarrollo futuro de la industria, coincidieron con los resultados de un reciente estudio científico que puso en evidencia que los glaciares de la Región Metropolitana (RM) están en un riesgo acelerado de perder su hielo, producto del cambio climático global y del clima del país.
🏔️🇨🇱 Es necesario que la #LeyDeGlaciares sea aprobada tal como se diseñó en el Gobierno de Bachelet, proyecto retirado por Marcela Cubillos y que luego de 3 años, aún se discute en el parlamento.
— ⬆#UPLaRadio Alza la voz (@UPLaRadio) May 23, 2021
Codelco advirtió que un 40% de su producción peligra 👇🏞️ pic.twitter.com/sqmNSrC6Nb
Momentos en que se envió la no sorpresiva carta de codelco, resultados claves salieron a la luz. Se trata de una publicación de un reciente estudio del Departamento de Geología e Ingeniería Civil de la Universidad de Chile, del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) y de la universidad alemana Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg, en el que se concluía que los hielos en la zona central están bajo serio peligro. Con mucho menos difusión, el estudio plantea que los glaciares están absorbiendo más energía solar que antes, lo que –junto a otras causas– los pone en riesgo permanente de disminuir su masa. “Los glaciares de la zona central del país son importantes para el suministro de agua porque alimentan acuíferos y ríos en las estaciones secas. Compensan la variación anual de las precipitaciones y permiten que tengamos agua para consumo, cultivos u otros usos, durante todo el año. Además, los glaciares son el principal reservorio de agua fresca durante periodos de sequía como la que hemos tenido los últimos años”, subraya un investigador.
La investigación “Reducción del albedo glaciar y efectos de la sequía en los Andes extratropicales, 1986-2020”, de Thomas Shaw, Genesis Ulloa, David Farías-Barahona, Rodrigo Fernandez, José Lattus y James McPhee, publicada en el Journal of Glaciology, demuestra que los glaciares de las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins están cada vez más vulnerables a procesos de pérdida de masa, producto del oscurecimiento del hielo y su efecto en la absorción de radiación solar, conocido como efecto de albedo.
Genesis Ulloa, geóloga y una de las investigadoras principales del estudio, aclara que esta es la primera vez que se pudieron estimar las reducciones del albedo glaciar, gracias a las recientes imágenes satelitales que emanaron de la NASA, ya que antes, con los procedimientos convencionales –explicó– que «incluían equipos gigantes y carísimos, solo se obtenían resultados puntuales», que no lograban dar cuenta de la magnitud del problema.
«Al considerar tres décadas del comportamiento de los glaciares y el clima, estos resultados se contrastaron con períodos críticos, como lo es la megasequía y el año 2020, que muestra los resultados más desalentadores. Ese fue el último año de estudio, con tendencia de disminución del albedo de -0,14, lo que se correlaciona con 90% de disminución de las precipitaciones anuales en la zona central del país. Es el año con el albedo menor, comparado con la década anterior”.
El profesor del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile y parte del equipo de investigación, Rodrigo Fernández, destaca la relevancia de estas masas de hielo tan cerca de la capital.
“Los glaciares de la zona central del país son importantes para el suministro de agua porque alimentan acuíferos y ríos en las estaciones secas. Compensan la variación anual de las precipitaciones y permiten que tengamos agua para consumo, cultivos u otros usos, durante todo el año. Además, los glaciares son el principal reservorio de agua fresca durante periodos de sequía como la que hemos tenido los últimos años”, detalla.
El estudio consideró 18 glaciares cordilleranos desde 33° sur (a la altura de Valparaíso) a 34° sur (a la altura de San Francisco de Mostazal).
“Muy poca gente sabe que hay glaciares en la Región Metropolitana. Estudiamos los más cercanos a Santiago porque, más al sur, hay volcanes que podrían alterar los parámetros del componente hidrotermal. Nos enfocamos en el albedo porque los glaciares estaban reduciendo su volumen, su masa, y el albedo es el parámetro más importante del balance de energía, es decir, cuando se calcula la energía disponible para que se pueda ganar o perder masa o volumen», puntualizó el académico.
Además, señala que eligieron esta variable relacionándola con el cambio climático, «específicamente con el cambio de temperaturas y precipitaciones en los últimos 30 años en la zona central, porque es la zona donde los glaciares han presentado una mayor variabilidad en su retroceso por la megasequía”.
El albedo es un indicador de cuánta energía solar se absorbe y cuánta se refleja: “Viene un rayo de sol, llega a una superficie y hay una cierta energía que va a entrar en la superficie y hay otra que va a salir. El albedo me va a decir cuánto de esa energía solar que venía del exterior se reflejó y cuánta se absorbió en el glaciar. Si es gran cantidad que se absorbe, habrá más energía disponible para que el glaciar se derrita y siga retrocediendo”, explica Ulloa.
Esta investigación colaborativa de los departamentos de Geología e Ingeniería Civil de la Universidad de Chile junto al Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC) y la universidad alemana Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg usó el albedo como medida que va entre cero y uno, donde los valores cercanos a cero significan mayor absorción de energía y albedos cercanos a uno implican energía reflejada. Si se tienen resultados promedios bajos, esto indicaría que existe mayor cantidad de hielo que de nieve en el glaciar.
“La tendencia es -0,03 para los años 1986 a 2020, eso quiere decir que este parámetro, que es pequeño, cada vez se hace más pequeño, por lo que hay menos cantidad de nieve y mayor de hielo en los glaciares. Después de ver los resultados le cambiamos el título a la investigación, porque inicialmente solo era una relación entre cambio climático y albedo, pero incorporamos los efectos de la megasequía en Los Andes extratropicales, entonces efectivamente logramos ver una correlación entre las precipitaciones y el albedo. El promedio de albedo en el período de megasequía es de 0,25 a 0,5 y disminuye -0,05 promedio en comparación con 1986- 2009, donde la mayor reducción ocurre entre 3.500 a 5.000 metros sobre el nivel del mar, donde se esperaría tener valores más altos o cercanos a cero asociados a la nieve”, comenta Ulloa.
Fernández sostiene que estudios recientes de glaciares de la zona estudiada muestran una reducción a una tasa mayor que glaciares en zonas desérticas del norte y de la zona centro-sur (Maule-Los Lagos), pero aún a tasas menores que el decrecimiento observado en la Patagonia. “La mayor cantidad de población del país está en la zona centro, que ha sido mayormente afectada por la sequía prolongada. Nuestro estudio muestra que los glaciares de las regiones Metropolitana y O’Higgins están cada vez más susceptibles a derretimiento, porque la superficie de hielo expuesto está absorbiendo más radiación solar. Esto se puede deber a diversas causas, que pueden o no estar bajo nuestro control directo. Por ejemplo, los vientos podrían estar llevando polvo de labores cercanas o de los valles, material particulado de la ciudad o cenizas de incendios hacia las superficies de los glaciares, afectando su poder de reflejar la radiación del sol, haciéndolos más vulnerables. Para saberlo con certeza, se deben realizar estudios de detalle, analizando el hielo de la superficie de los glaciares y tratar de dilucidar por qué se está oscureciendo poco a poco”, puntualiza.
El vicedecano de la FCFM e investigador de este estudio, James McPhee, concluye que es muy pronto para saber cómo van a variar exactamente las masas de estos glaciares, pero añade que los estudios y estimaciones indican que “los glaciares van a lograr un nuevo equilibrio con el clima, en la medida que el clima del planeta se estabilice».
«Ese balance, en la mayoría de los casos, significa glaciares más pequeños, ubicados en mayor altura y con un aumento de proporción de glaciares cubiertos por detritos o rocosos. Los resultados del análisis muestran también que la variabilidad de la precipitación juega un rol importante en determinar la velocidad de retroceso y dinámica general de los glaciares de la zona central, por lo que caracterizar adecuadamente la precipitación es tan importante como definir tendencias de calentamiento confiables”, concluye.
Para efectos de la ley, glaciar es “toda masa de hielo perenne estable o que fluye lentamente, con o sin agua intersticial, formado por la recristalización de nieve, ubicado en diferentes ecosistemas, cualquiera sea su forma, dimensión y estado de conservación. Son parte constituyente de cada glaciar el material detrítico rocoso y los cursos internos y superficiales de agua”. Se le reconoce, además, como ecosistemas complejos “asociados a los ambientes glaciares y periglaciares y son parte del ciclo hidrológico de las aguas”.
El ambiente pleriglaciar es “la alta montaña, al área con suelos congelados que actúa como regulador del recurso hídrico. En la media y baja montaña al área que funciona como regulador de recursos hídricos con suelos saturados en hielo. Es donde se encuentran geoformas generadas por la acción cíclica del congelamiento del agua y su deshielo, sea en lapsos anuales o de mayor espacio de tiempo. Corresponde al espacio o ambientes que se encuentran cerca o casi del dominio glaciar. Son ambientes dinámicos que se van modificando dependiendo de las tendencias climáticas”.
Y permafrost se refiere a “un tipo de suelo o roca con una fracción permanentemente congelada, con hielo y materia orgánica, que incluye suelo seco-congelado y suelo húmedo-congelado que permanece por debajo de los 0°C por 2 o más años consecutivos. Este término se aplica técnicamente independiente de que exista o no hielo en el suelo, por lo que se entenderá como parte del ecosistema mencionado en esta Ley, pudiendo ser también clasificado como glaciar de roca, por lo que su presencia en el territorio queda sujeto a todos los efectos de esta Ley”.
En este contexto, el proyecto prohíbe en los glaciares la “liberación, dispersión o disposición de sustancias o elementos contaminantes, productos químicos o residuos de cualquier naturaleza o volumen. Se incluyen en dicha restricción aquellas que se desarrollen en el ambiente periglacial”; “la construcción de obras de arquitectura o infraestructura con excepción de aquellas necesarias para la investigación científica y las prevenciones de riesgos”; “la exploración y explotación minera e hidrocarburífera. Se incluyen en dicha restricción aquellas que se desarrollen en el ambiente periglacial”; y “la instalación de industrias o desarrollo de obras o actividades industriales”.
Contiene un artículo retroactivo para todas “las actividades, de cualquier naturaleza, que al momento de la vigencia de la presente ley afecten o puedan afectar glaciares deberán cesar y requerir de las autoridades competentes las autorizaciones que procedan conforme a la ley”.
Con votos de la Senadora Isabel Allende (PS), Rafael Prohens (RN) y Alejandro García-Huidobro (UDI), la Comisión de Minería y Energía del Senado rechazó el artículo sexto de la denominada “Ley de protección y preservación de glaciares” que buscaba extender la prohibición de desarrollar cualquier tipo de actividad en el denominado ambiente periglaciar.
🟣 #LeyDeGlaciares Senadora Isabel Allende (Distrito 6 Valparaíso) votó en contra de proteger los glaciares en todas sus formas, dando luz verde a la minería. Angloamerican y Codelco deberán someterse a estudios de impactos ambiental, medidas que ya se han solicitado pic.twitter.com/VBIasGnDcq
— ⬆#UPLaRadio Alza la voz (@UPLaRadio) May 28, 2021
De acuerdo a lo informado, aquellas faenas que actualmente se encuentran operando en ambiente periglaciar tendrán 18 meses para realizar el trámite, una vez aprobada la normativa. Superado ese plazo, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) ordenará la detención del proyecto.
Desde la Coordinación de Territorios por la Defensa de los Glaciares señalaron que lo ocurrido ayer en la Comisión del Senado «es un crimen ambiental sustentado en discursos obsoletos que ante la crisis social y ambiental que vivimos ya no son concebibles».
«Como Coordinación de Territorios por la Defensa de los Glaciares sabemos que los glaciares se afectan por la destrucción de sus entornos y que el ingreso de proyecto al SEIA no sirven para resguardarlos. Tenemos clases magistrales tras Pascua Lama, Los Pelambres, Los Bronces, Andina, El Teniente y otros. Repudiamos lo sucedido en esta comisión y llamamos a los movimientos sociales y la ciudadanía a que rechacemos esta propuesta y que la demanda de una protección efectiva y total de los glaciares y sus ambientes esté acorde a la realidad y que no responda a las presiones de la industria que históricamente los ha destruido» agregaron.