3 de junio se conmemoró mundialmente el día de la bicicleta. Lamentablemente el legado de este gobierno es de un alarmante retroceso en la priorización de este modo de transporte, olvidando a miles de personas que han optado por su uso, ya sea por razones económicas, por seguridad en pandemia, sustentabilidad, entre otras.
Trabajamos por años en conjunto con más de 100 organizaciones de la sociedad civil en la ley de convivencia vial, como pocas en nuestro país fue una política ciudadana, que ha sido técnica y políticamente mal implementada. Sólo a modo ejemplar, a dos años de su vigencia, de los tres reglamentos que preveía la ley y que debían estar dictados 18 meses después de su publicación sólo hay uno y, aún no se cuenta con dos tan relevantes como el de condiciones físicas y de operación de ciclovías y el de elementos de seguridad. A ello, se suma la deficiente implementación de infraestructura de ciclovías; cero avances en estacionamientos gratuitos integrados a metro, buses, ferrocarril, dependiendo de la ciudad; y, falta de fiscalización de la velocidad máxima. Todos temas que como órgano rector en tránsito y transporte, deben ser liderados y coordinados por el Ministerio.
Este retroceso tiene una consecuencia fatal, según datos de Conaset en 2020 fallecieron 22% más ciclistas que en 2019, alcanzando a 109, lo que es más grave considerando las restricciones de la pandemia que redujeron la movilidad. Lo anterior, con la proyección técnica de que una ley de convivencia bien implementada, habría permitido rebajar en un 30% las personas fallecidas y lesionadas.
Este es el lamentable legado que no permite a nuestro país conmemorar este día mundial de la bicicleta y que nos obliga a instar a que el próximo gobierno conduzca un proceso de avance real que éste perdió la oportunidad de liderar, consolidando la convivencia vial en nuestro país.
Por Paola Tapia Salas, Abogada y ex Ministra de Transportes y Telecomunicaciones
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